Ilustraciones de Raquel Cuellar - Parajón
El día de hoy quisiera hacer una reflexión sobre nuestro aniversario como Sanar, sobre los aniversarios en general, sobre el paso del tiempo, y nuestro paso por el tiempo.
El 12 de junio se cumplieron 4 años de habitar este espacio que hemos construido juntas y que ha (co)habitado a muchas personas desde su nacimiento. Por este hogar han caminado mujeres, hombres y personas extraordinarias. A algunas las hemos escuchado y contenido durante estos años tan duros. Otras se han sumado a construir este sueño colectivo y nos han acompañado a crecer.
Varias de las que iniciamos, seguimos aquí. Otras personas llegaron a regalarnos su sabiduría y a ampliar nuestra mirada para después seguir sus caminos. Para nosotras Sanar, se ha sentido como un parto, como un hije, pero también nos hemos sentido como hijas, hijes de Sanar.
Crecer
Para quienes hemos tenido el privilegio de crecer en un cuerpo/hogar en el que nos sentimos cómodxs, crecer se siente como un viaje para llegar a donde tenemos que estar. Pero no siempre es así: a veces duele, es incierto, da miedo. Pero sobre todo, crecer significa cambio.
Todo lo que tocas, lo cambias.
Todo lo que cambias, te cambia.
La única verdad duradera es el cambio.
Octavia Butler
Aniversarios
Podemos vivir diversas experiencias cuando se acercan los aniversarios. Muchos sentires pueden estar a flor de piel, algunos incómodos, otros cálidos y llenos de luz. Todos estos son válidos e importantes. La transformación de nuestras co-creaciones/existencias representan una combinación de dolores, alegrías, sorpresas, incertidumbres.
El recuerdo anual y cíclico de estos inicios (o finales), nos evoca emociones en el presente y cuando les damos su lugar y reconocemos su presencia en nuestros cuerpos, mentes y contextos, nos damos la oportunidad de elegir conscientemente como vivirlos y qué hacer con ellos.
Yo elijo vivir estos 4 años de aprendizaje y crecimiento con el corazón lleno de gratitud por este espacio de luz que es Sanar. Tantas almas, sueños, anhelos y esperanzas han transitado por este espacio y al recordar todo esto me invade una emoción de esas que sacan lágrimas. Lágrimas que sirven de abono y energía para seguir soñando y trabajando en futuros más justos posibles.
Habitar
Si durante esta lectura algo resonó en vos, reconociste algo, o se acerca para vos algún cambio o aniversario, te invito a hacer un ejercicio de conexión para hacerle un espacio a eso que sentís.
Podés poner una mano en el corazón y otra en el estómago,
Si te sentís cómodx podés cerrar tus ojos y respirar de la forma en que tu cuerpo te pida. Mientras respirás hacé un espacio en tu interior para bienvenir lo que esté transitando por tu cuerpo en este momento.
Cuando estés listx, mové uno de tus brazos bajo la axila opuesta y el otro brazo sobre tu hombro opuesto, como dándote un abrazo.
Si esa posición se siente cómoda, date de 2 a 3 minutos para notar tus sensaciones sin juzgarlas.
Lentamente, volvé a tu posición inicial y agradecete, si querés, estos minutos de pausa.
Mi deseo es que este autoabrazo te sostenga y te brinde lo que necesitás.
En este momento honro nuestras vida, nuestras experiencias y nuestros caminos.
Gracias por leerme y acompañarme a sentir,
Raquel
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